HANG THE DJ (CUELGUEN AL DJ)

Se nos vienen las fiestas de este nuevo año que termina y aunque no muchos disfruten con la idea, hay que celebrar..cualquier cosa... aunque tu año haya sido para el olvido, hay que celebrar que se va, y que, por ende, se abre una nueva oportunidad, un nuevo año. Siguiendo con el razonamiento anterior, no hay fiesta que se precie de tal, sin un personaje anónimo, un solitario, un incomprendido que marque y genere cada instante de la fiesta en una constante vorágine de alegría y desenfreno, en rigor, un visionario; alguien que interpreta a aquellos que solamente quieren divertirse, el responsable del éxito o fracaso de la fiesta. Esta crónica viene cargada de frustraciones y memorias poco felices de mi accidentada e incomprendida carrera de DJ, ahí les va:
Eran los finales de los ochenta y los comienzos de los años noventa y era yo, a la sazón, un asíduo asistente a las emblemáticas fiestas de colegio, sobretodo de colegios resligiosos, circuito por donde me movía furtivamente. Estaba experimentado mis primeros contactos con la música, de manera bastante poco coherente, puesto que podía pasar en segundos desde Led Zeppelin a los New Kids on the Block, sin siquiera sentir un ápice de vergüenza. Era una adolescente y en razón de eso, adolecía, de gusto y educación musical por ejemplo.
En esas vueltas de reconocimiento a aquellos gimnasios atestados de gente, que más que vueltas, eran verdaderos vuelos de búsqueda de la presa, cual buitre famélico...un dia..mejor dicho una noche tuve una visión....
Me detuve frente a una larga mesa ante los sonidos en vivo (y mezclados) de dos pedazos de canciones; primero una multitud, grillos de fondo y Strangelove en su versión proveniente del 101, me hizo dirigir necesariamente mis miradas, al tipo (unos años mayor que yo) que desenfundaba un nuevo disco para cargar en sus platos, y que provisto de un envidiable buen gusto musical, sobre la marcha de los sonidos en vivo me sorprendió con Pride de U2, del mítico album Rattle and Hum. En ese momento vi el futuro..yo debía ser DJ... estaba escrito.
Mi primer set remunerado fue un fiesta casera de fin de año me parece. Me pagaron 5 lucas que en el año 92 no dejaba de ser una buena plata. Esa noche fue mágica programé desde los Doors hasta Tone Loc, por lo que avisoraba un futuro esplendoroso. Eso si, tenía solamente cassettes y no poseía ni una mezcladora ni un amplificador, por lo que las mezclas eran producto solamente del oído musical de quien relata esta historia, a veces funcionaba y otras no...era riesgoso.
En ese tiempo me hice de un socio, el cual, al dejarlo al mando de los controles en una oportunidad, cuando se avistó una chiquilla buena mosa, provocó una de nuestras salidas más bochornosas, pues sonaba INXS con Good Times ( de la Generación Perdida) un tema ondero, para atacar, mi amigo, al verse solo y turbado por dos cajas de vino barato, le vino ese aire de unión latinoamericana y programa inmediatamente después de INXS a la Mercedes Soza y su himno filosófico ....cambia todo cambia...en vivo... o sea... ja! todavía me río de tal ignominiosa salida.
Recuerdo mi debut en una discoteque. Era un domingo de verano. Nos fuimos a ofrecer con unos nuevos socios...como una Vilma.... solo provistos de un bolso lleno de cassettes y mucha valentía. Lo ocurrido aquella noche fue patético, pues el DJ de planta nos saboteó los equipos y nuestra puesta en escena fue vergonsoza. Así ha sido el devenir en este intento frustrado de convertirse en el controlador de las perillas y de las fiestas. Hay algo de ego y poder en aquello pero es una sensación adrenalínica increíble. Me he reivindicado en algunas ocasiones, sobre todo cuando he debido poner música absolutamente corriente y predecible, esto es, casamientos, años nuevos y demases.
La verdad del origen de mis constantes y repetidos fracasos se deben a que he estado en lugares y con tipos equivocados.... alguien que va a un lugar a escuchar lo mismo que suena en 500 radios todos los días, que se niega a lo nuevo, que rechaza lo diferente, que no quiere pensar....para esos he puesto música...por lo que mi desempeño ha sido vilipendiado, obteniendo singulares apodos como por ejemplo DJ Funa Carrete.... el apodo habla por si sólo.
No obstante seguiré, no claudicaré en programar música de calidad aun incluso cuando la audiencia no lo sepa apreciar, es mi compromiso y mi visión más iluminada.
