RICHARD ASHCROFT..... TIENE LAS LLAVES.-
No siempre la inspiración se convierte en tu mejor amiga. Ya decía alguien que la inspiración existe y ojalá al aparecer te encuentre siempre trabajando.
Señores he vuelto de la mano de la música y guiado por Richard Aschcroft. Es gratificante encontrarse con gente que puede crear una buena canción pop, convertirla en un mensaje, con trascendencia muchas veces, el poder de la música singularizado en 4 minutos. Es en estas lides donde Ashcroft se mueve calmo y certero. "Llaves para el mundo" es el título de su tercera placa como solista después de heredarnos un montón de himnos urbanos que aún acompañan nuestras caminatas o me van a negar que nadie escuchó "Beeter Sweet Symphony" premunido de su walkman simulando el video eterno que acompañó a esa canción eterna.
Esta vez Ashcroft ya no choca ni atropella a nadie. La complexión contestataria de su rostro enjuto se ha desvanecido un poco, pero la intención no...y la inspiración menos. Esta vez se pone en un sitio un poco más elevado, un poco más distante, para emitir sus juicios y sentencias iluminadas. La música es poder, grita tiernamente sobre bases reggae en el segundo track, gran descubrimiento dirán muchos, la convicción es la que hace creíble tal ingenuidad, y esa convicción es un deleite cuando viene acompañada por la garganta desgarrada de Ashcroft.
La actitud del disco viene dada por su título, que se reproduce en el 5º track, en el que, asegura tener las llaves para el mundo.....arrogancia o certezas, el tiempo lo dirá. Sweet Brother Malcom devuelve la tranquilidad que persiste y muta en los diferentes temas que apasionan la mente del ex front man de The Verbe, en historias de amantes furtivos, siempre presentes (Why do lovers, Cry till the morning).
Si en los noventa eran los himnos urbanos el objetivo-ampliamente cumplido- esta vez son las canciones simples (Simple Song). Todo lo anterior sería un mera especulación mía si en este disco no estuviera un clásico inmediato, una melodía llena de belleza, una lírica potente e imprescindible como lo es Break the night with colour, que inequivocamente es lo mejor logrado del disco. En aquella canción están las claves para entender esta nueva creación de Richard Ashcroft, que vuelve mucho más conciliador consigo mismo, es en esta canción donde podemos darnos cuenta que el tipo sabe lo que está haciendo, que va girando calculadamente en cada curva, midiendo la velocidad, buscando la belleza en la simpleza de la vida. Un tanto naif para Ascroft...quizá...., pero según sus propias letras...." el mundo sigue girando, no quiero saber tus secretos, pues pesan mucho en mi cabeza, es hora de romper la noche con color...tiempo para que continuemos adelante..."
Saludos.-