
Nunca me representé al tiempo como una persona, hasta que Win Wenders, en esa obra maestra llamada
Tan Lejos, Tan Cerca lo hizo carnal. Analizando al TIEMPO desde esa mirada, el tiempo nunca es tu amigo.
Solemos tener la percepción que el TIEMPO corre en contra nuestro. Que está mirándonos con un gesto burlón, mientras caprichosamente mueve los hilos de los momentos provocando inexorablemente que lo que queremos que no acontezca....suceda; y lo que queremos que pase no suceda.
El TIEMPO no puede definirse. Para mi es un tren, sin estaciones. Es un transcurso, un devenirn contínuo. Si nos situamos en un momento, al que podríamos señalar como el presente, este correspondería al ahora inmediato. Sin embargo, ese momento no puede formar parte de nosotros sino en la medida en que se transforma en un registro palpable del que puedes recordar, es decir, los momentos sólo tienen significación en la medida en que se convierten en pasado, en registros, en archivos. Pues bien, y siendo pasajeros de este tren en movimiento, el futuro está en el horizonte..en una percepción visual, en la lejanía, a la que llegas sin darte cuenta, y se vuelve presente -con o sin tu anuencia- en la medida en que lo registras como pasado. El presente no existe, no tiene consistencia.
Por lo tanto, qué es el TIEMPO, es un maniático que va jugando con nuestras vidas, con nuestros instantes?...desencadenando tragedias....quitándonos cosas.... en momentos se compadece y nos hace felices...quién no ha dicho: "quiero que este moemnto dure para siempre"..... el TIEMPO es así, está más allá del bien y el mal... es el tiempo mismo... En la película de Wenders, el tiempo se detiene para ayudar a quién ha actuado correctamente y ha caído en la desgracia, es mi esperanza, pues lo único que tenemos seguro es que se detendrá algún día.